FICHA

Titulo original:  Carnivàle
Título en España:  Carnivàle
Temporadas: 2 (24 episodios)
Duración episodio: 60 minutos
Año: 2003-2005
Temática: Drama
Subgénero: Religión
Resumen: En medio de la miseria generada por la Gran Depresión, un joven se une a un circo que viaja de pueblo en pueblo, dotado de poderes taumatúrgicos y cuyas visiones coinciden con las de un pastor protestante enérgico y visionario.
Actores principales: Nick Stahl, Clancy Brown, Amy Madigan, Michael J. Anderson, Tim DeKay, Clea Duvall, Patrick Bauchau, Debra Christofferson, Diane Salinger, Adrienne Barbeau,Toby Huss, Cynthia Ettinger, Carla Gallo, Brian Turk, Ralph Waite, John Carroll Lynch, Robert Knepper, John Savage, John Hannah
Lo major: la capacidad adictiva de la serie
Lo peor: lentitud narrativa
¿Cómo verlo?: a través de HBO

Puntuación: 8

Trailer de la serie (1) 

Trailer de la serie (2)

Lo mínimo que hay que saber sobre CARNIVÀLE

Uno se pregunta por qué una serie filmada en 2003 ha tardado tanto en llegar a España, especialmente cuando se trata de una serie notable que destaca por encima de otras muchas que se emitieron en aquellos años. Simplemente, no hay respuesta. O mejor dicho, la única respuesta posible es que los directivos de nuestras cadenas no están suficientemente atentos a lo que se produce fuera de nuestras fronteras. Y es una pena porque el público se pierde productos como éste que merecerían ser vistos en horarios de prime time.

UNA SERIE ESCATOLÓGICA

Resulta inevitable relacional la temática de esta serie con el principio del milenio y de todo lo que ocurrió en aquel momento. Recordemos: hacía solamente tres años que se auguraba que los ordenadores de todo el mundo sufrirían un fallo al pasar de 1999 a 2000, lo que hubiera entrañado un caos mundial, luego, llegó el verdadero inicio del siglo XXI, con el ataque a las Torres Gemelas el 11-S de 2001 y las guerras coloniales que siguieron en Irak y Afganistán. Muchos interpretaron todo aquello como “el fin de los tiempos” y el inicio de una nueva era que no podía derivar sino del fin traumático de la anterior. Habitualmente, los medios de comunicación, presentaban los sobresaltos en las noticias como una guerra entre el “bien” y el “mal” y esto es precisamente lo que nos cuenta “Samson” el carismático enano que ya conocíamos de Twin Peaks y cuyo soliloquio abre la primera escena de Carnivàle (véase el tráiler nº 2).

Lo que vamos a ver es una serie en la que se oponen distintas simetrías: la ingenuidad y lo lúbrico se alternan en el propio espectáculo que ofrecen los feriantes itinerarios que protagonizan la serie: ingenuos freakys, echadores de cartas, forzudos, prostitutas… todos aparecen como pobres diablos perdidos en una caravana que discurre entre el polvo y la miseria en dirección a ninguna parte. Vemos a asesinos y taumaturgos, a visionarios de todos los pelajes y a seres angelicales: todos ellos están unidos entre sí. Para que el protagonista pueda realizar una curación, algo debe morir. No existe el bien sin que implique la aparición del mal. Dios –cualquier dios- lucha eternamente con el Diablo. Tal es el mensaje de esta serie que se prolongó durante dos temporadas y que dejó huella.

EL MARCO HISTÓRICO DE CARNIVÀLE

Si la serie apareció en el momento que hemos descrito, vale la pena recordar también el momento de la historia de los EEUU en el que se encuadra la trama. La Gran Depresión, iniciada en 1929 y que se prolongó hasta la entrada en guerra de los EEUU en 1942. Geniales fotógrafos y documentalistas (Dorothea Lange, Walker Evans y Arthur Rothstein) dejaron constancia de lo que fue aquella época. No puede extrañar que en aquel momento, la película más sombría, extraña y patética que haya alumbrado Hollywood, La parada de los monstruos (Freaks, 1932), alcanzara un gran éxito: EEUU parecía haber perdido las esperanzas en el futuro, el “sueño americano” se había diluido como el valor de las acciones en la Bolsa de nueva York.

Resulta innegable que Carnivàle recoge, no solamente la herencia de aquellos años, sino la misma estética y el tema de fondo de La parada de los monstruos. En ambos casos, los protagonistas son seres “anormales”, aparecen con sus deformaciones físicas o mentales, todos los miembros de la troupe se sienten solidarios y unidos por el mismo destino: lo que es bueno para unos, lo es para todos; lo malo para alguno es rechazado por todos. Era el destino de los “pobres” y de los “pequeños” en tiempos de depresión.

LA ORIGINALIDAD DE LA SERIE

A diferencia de La parada de los monstruos, en el que la contradicción aparece en el interior mismo de la pequeña comunidad de “freaks”, en Carnivàle la temática de fondo son las vidas paralelas entre dos personas, el predicador visionario y el joven taumaturgo que están irremisiblemente impulsados el uno hacia el otro, que se presienten en sus sueños y en sus visiones y cuyas vidas están ligadas por un lazo invisible pero inefable.

No es por casualidad que uno de los más misteriosos protagonistas de la serie sea “Samson”, el enano que actúa como jefe del circo ambulante. El papel está interpretado por Michael J. Anderson que también había actuado en Twin Peaks. En aquella serie apareció en cuatro episodios, apareciendo en los sueños del “agente especial Dale Cooper”, con la particularidad de que hablaba en una extraña lengua. Era, sin duda, una de las figuras más inquietantes de la serie y aquí vuelve a repetir un papel similar.

En realidad, Carnivàle recoge el espíritu de series que combinan misterio y mística (ambos términos tienen la misma raíz). Su habilidad consiste en llevar al espectador hacia un mundo en el que las categorías racionales apenas tienen valor y los personajes sienten que sus vidas oscilan mecidas por fuerzas de carácter metafísico, tanto hacia el bien como hacia el mal.

LOS PROTAGONISTAS

Inmediatamente despés de rodar Carnivàle, Nick Stahl –el joven taumaturgo- participó en el rodaje de Sin City y, desde entonces lo hemos visto aparecer en unas cuantas producciones aceptable, la mayoría con una relación más o menos directa con el misterio y las personalidades atormentadas y rebeldes, la última de las cuales fue Dead Awake (2010) en la que encarnaba a “Dylan” el hombre que organiza su propio funeral… a pesar de que está ya muerto. Su carrera, se ha mantenido después de su participación en esta serie.

La caravana tiene a “Clayton ‘Josenesy’ Jones” como factótum, mutilado en un ajuste de cuentas y que camina con dificultad. El papel fue interpretado por Tim DeKay que posteriormente ha multiplicado sus apariciones  en series televisivas (My name is Hearld [2006], Scrubs [2009], CSI: Miami [2008], Agents of SHLIEDS [2014], etc, y antes ya lo conocíamos por sus interpretaciones en Seinfeld [1996], Friends [2002], Everwood [2002-2003]. No puede extrañar que nos resulte un rostro familiar.

El pastor visionario es interpretado por Clancy Brown, actor de rostro enérgico, voz  y modales imperativos, sin duda, uno de los más adecuados para encarnarlo. Clea DuVall, la echadora de cartas que interactúa telepáticamente con su madre cataléptica, ha ido apareciendo desde entonces como actriz de reparto en grades producciones (la última de ellas en Argo [2012]) y multiplicado su intervención en series de primera fila, en la última de las cuales –The Lizza Borden Chronicles (2015)- ocupa uno de los papeles protagonistas.

VALORACIÓN DE CONJUNTO

HBO ofrece Carnivàle como una pequeña joya desde mediados de enero de 2017. Cuando se visiona la serie se percibe que sigue siendo tremendamente actual y que por ella no ha pasado el tiempo. Hoy, cuando los terrores que acompañaron al nuevo milenio y el “efecto 2000” están completamente olvidados, la crisis económica iniciada en 2007 y todavía no superada, otorga un marchamo de actualidad a la serie: millones de parados o de afectados por salarios basura, se sentirán identificados con los “freaks” de Carnivàle y se verán ganados por sus escenas.

La serie resulta tremendamente adictiva y, sin duda, el balance de conjunto que puede hacerse es muy positivo. Se trata de una serie difícilmente encuadrable pero, en cualquier caso, que gustará a una audiencia particularmente interesada por productos que contengan originalidades narrativas y estéticas.

 

 

 

 

Anuncio publicitario